"Fisioterapia eres tú" CONSEJOS

Dolor y running

Escúcha el episodio de "Fisioterapia eres tú"

Si eres corredor te habrá pasado:

Te pones las zapas y te vas a correr. El día es estupendo, la temperatura acompaña para hacer deporte y te sientes en forma. Empiezas a trotar suave y notas como tu cuerpo va entrando en calor. Respiras aire que trae aromas de tierra mojada y hierva. Te sientes fluir zancada tras zancada y notas que el peso de tu cuerpo se disipa. Pero esta bucólica estampa se embrutece por una sensación que aparece primero en el fondo. Una ligera molestia que no te deja disfrutar plenamente de la carrera. La sensación de fluidez en la zancada y de ligereza desaparece, tampoco hueles nada, no sientes el viento ni el calor de tu cuerpo ni hay rastro del disfrute que tenías hace unos minutos. El dolor se ha puesto en primer plano y monopoliza tu conciencia. Y entonces aparecen las dudas: ¿debo parar?, ¿si no paro me estaré haciendo daño?, ¿podré llegar a la carrera a la que me he apuntado?, ¿tendré que operarme, como Manolito que tuvo este mismo problema?…

STOP.

Paremos un poco y rebobinemos. 

Responder a la pregunta de qué debo hacer si aparece dolor al correr es difícil, porque hay diferentes problemas por el que podemos sentir molestias y en cada caso hay que hacer una cosa diferente, pero voy a intentar ponerme en diferentes escenarios para intentar responder a la pregunta de la mejor manera. 

Escenario 1: Lesión aguda

Estás corriendo y notas un tirón, una pedrada en el muslo o en el gemelo que te obliga a cojear. O puede que te tuerzas el tobillo y se te hinche. En este caso hablamos de lesiones agudas. Aquí hay que parar y buscar un fisioterapeuta para que valore qué tejido está lesionado y en que grado. 

LESIÓN AGUDA, HAY QUE PARAR. 

Las lesiones agudas son menos frecuentes en la carrera de resistencia. Lo más habitual son las lesiones por sobreuso. Este tipo de problemas no aparece por un golpe o una lesión que aparece de forma súbita. Suelen aparecer poco a poco. 

Escenario 2: Lesión por sobrecarga

Te aparece el dolor al correr en la misma zona desde hace ya algunos días. No te has dado un golpe, ni has sentido un tirón fuerte, ni has tenido una torcedura… Ha aparecido de forma progresiva. Al principio de la carrera vas bien, pero cuando llevas unos kilómetros aparece el dolor. Puede que en algunos casos, incluso puedas seguir corriendo con un dolor moderado. Llegas a casa tras correr con ligeras molestias, pero cuando pasan unas horas, al andar, o bajar escaleras, el dolor aparece otra vez. Al día siguiente, al levantarte por la mañana, también lo sientes durante los primeros pasos. Poco a poco, tu cuerpo se calienta y el dolor se disipa, o incluso desaparece. Puede que si no corres en un par de días, parezca que ya todo está bien, pero al volver a correr…¡vaya!, se repite la historia. 

Si no corres mucho, muy rápido y dejas descansos, puedes seguir con la carrera, pero las molestias por la mañana y en algunos momentos de la carrera persisten. 

Seguramente, en este caso el tejido (tendón, hueso, articulación, músculo…) responsable de las molestias está sensible y no tolera el trabajo que le estás pidiéndo. A veces puedes resistir el dolor, pero si sigues pidiéndole que trabaje como hasta ahora puedes hacer que empeore el problema y que la recuperación sea más lenta. Si no le haces caso, puede que en vez de tener que correr menos durante unos 15 días y volver a tu nivel progresivamente, tengas que parar durante 2 meses de correr totalmente. 

La opción en este caso es reducir la carga significativamente o incluso en ocasiones parar de correr. Durante este periodo, si buscas la ayuda de un fisioterapeuta te puede dar las pautas adecuadas. En ocasiones tienes que dejar de correr y hacer otro tipo de ejercicio para no perder la forma. Otras veces, solo tendrás que reducir la cantidad de kilómetros, o dejar de hacer series durante algún tiempo. 

LESIÓN POR SOBREUSO. ADAPTAR LA CARGA A TU SITUACIÓN

Escenario 3: La carga no empeora los síntomas.

En este caso aparece un dolor. Es un dolor que ha aparecido ya otras veces. O también puede ser una molestia de la que estás en periodo de recuperación. Aparece durante la carrera, pero te deja correr. Luego, no aparece al día siguiente, ni empeora después de correr. 

El dolor es una señal de alarma que salta cuando hay indicios de que puede haber algún problema. Durante la recuperación de una lesión, o si hemos tenido una lesión antigua, esta alarma puede estar más sensible. En vez de dispararse cuando nos lesionamos, se dispara de forma precoz. En el caso que no haya hinchazón, ni el dolor aparezca después de correr ni a la mañana siguiente puede que esto sea lo que está sucediendo en este caso. 

Si es así, puedes SEGUIR CORRIENDO Y VIGILAR LA EVOLUCIÓN. 

Este episodio pretende orientarte cuando sientes dolor al correr. He hablado de tres escenarios esteriotipados que en mi experiencia se repiten muchas veces en la consulta, pero claro está que cada caso es diferente y cada persona también es diferente. En cualquiera de ellos no está de más hacer una valoración y tener unas pautas específicas para que puedas resolver tu problema.

Resumen

 

  • En el caso de una lesión aguda es importante parar y valorar qué ha sucedido. 
  • En caso de lesiones por sobreuso, el dolor puede estar avisándonos que estamos excediendo lo que nuestro cuerpo puede aguantar. Habrá que ajustar las cargas de trabajo. 
  • Otras veces, el dolor puede ser una respuesta de protección exagerada. Podemos seguir corriendo si no notamos un empeoramiento significativo.
  • En cualquier caso, una valoración del fisioterapeuta nos puede ayudar a saber qué hacer. 

Espero que quede un poco más claro como podemos interpretar las molestias que sufrimos al correr.

A seguir corriendo y disfrutando del deporte. 

Ante cualquier duda estaré encantado de responder los comentarios.